Cuando conocimos a David y Letty no podíamos ni imaginar todos los momentos que viviríamos con ellos. Después de un reportaje de embarazo tan tierno y de una preboda donde cada idea que les proponíamos la aceptaban de buena gana por muy alocada que fuera, el día de la boda nos presentamos con muchas expectativas y hemos de decir que todas ellas se cumplieron e incluso se superaron. Y es que si todos los novios tienen el objetivo de disfrutar el día de su boda al 100% ellos lo consiguieron de sobra, pues no dejaron de emocionarse, bailar, cantar, abrazar, besar y reírse en todo el día.
Todo empezó en el hotel rural Peña del Alba, donde David y Letty se iban a vestir, asique imaginaros el cachondeo de gente yendo de una habitación a otra. En la habitación de David se encontraban también algunos de sus amigos por lo que el rato estuvo lleno de abrazos, cachondeo y muy buen rollo. David estaba un poco nervioso, nervios que iban en aumento según se iba acercando la hora.
Letty por el contrario estaba muy tranquila, dispuesta a pasárselo bien y hacérselo pasar bien a todos los que en la habitación se encontraban… hasta chupitos de limoncello cayeron, jejeje. El toque de emoción lo puso su madre, que cada vez que miraba lo guapísima que estaba su hija con su vestido de novia soltaba alguna lagrimilla.
Y entre risa y risa llegó el momento de la verdad. Todo estaba preparado para que los novios pudieran caminar por el suelo empedrado hacia el lugar donde se darían el “sí quiero”. En este caso David la esperó a medio camino para verse por primera vez. David estaba de espaldas y cuando Letty le tapo los ojos y le giro para que la viera los allí presentes no podían dejar unos de sonreír otros de llorar ante la mirada de felicidad de los novios al verse y comprender que desde ese mismo momento comenzarían una vida nueva junto con su pedacito de amor Valentina. Y las emociones siguieron a lo largo de la ceremonia con las lecturas que tenían preparadas los amigos para ellos.
Todo lo siguiente fue como todo lo vivido hasta ahora: emoción y diversión a partes iguales. Increíble. Su Cóctel y comida fue en el Restaurante” La Era de mi abuelo”, donde los novios se habían encargado de cuidar hasta el más mínimo detalle para todos sus invitados.
La guinda al pastel la puso la barra libre, una de las más divertidas en las que hemos estado, de las más divertidas y las más fresquitas pues más de uno y una, incluidos los novios, terminaron en la piscina y bailando por ahí en bañador y con la copa en la mano, je, je, je.
Muchísimas gracias chicos por dejarnos compartir vuestro gran día y sobre todo, gracias por hacernos sentir como parte de vuestra familia. Aquí os dejamos algunas imágenes de muestra de todo lo que pasó aquel día. Esperamos que estas os hagan recordar para siempre uno de los días más bonitos de vuestra vida.
¡Un abrazo enorme para los tres!